RESUMEN
El Jazz es un discurso musical del discurso
interno de sus intérpretes, es una expresión firme de la realidad vista desde
el artista, tan visceral y concreta como la pintura. Tal vez, eso explica la
relación tan fuerte que existe entre el movimiento del jazz y el movimiento
visual en el siglo XX. Con este artículo, pretendo hacer una reflexión sobre la
influencia del Jazz y su historia en la vida musical de Bogotá y la forma como
se convierte en estilo de vida de los músicos y su público.
Nota: Cada párrafo tiene un recomendado para escuchar mientras se lee.
El Jazz, una expresión urbana que se mueve
entre los cruces de la ciudad. Vivo y en constante movimiento. Música que
alberga todos los poemas de las vivencias cotidianas en momentos ú-ni-cos de
improvisación, -Sssssshhh- (En voz baja) o de emancipación. ¡Que no nos escuchen
los maestros de la U! cuando algún músico solo quiera soltar de un soplido la
última pena de amor en So What.
U-na-y-o-tra-vez y mojar con unas gotas baratas de licor, la angustia escondida
de la ciudad perdida y saltar en un solo de saxofón al abismo de la millonésima
versión de Caravan.
So What: Miles Davis https://www.youtube.com/watch?v=zqNTltOGh5c
Caravan: Duke Ellington https://www.youtube.com/watch?v=YkLBSLxo5LE
La trompeta inolvidable de Louis Armstrong que
descubre en la espontaneidad el scat en el Swing, de New Orleans a Bogotá, u-na-voz
que evoca en esta ciudad sin tren, un saxofonista con boina en los demás músicos
de la noche, un ritmo y un discurso casi Armstronginiano
que rompe las barreras entre el principio y el punto de hoy de ese gran jazz,
pero en el punto ca-si-má-gi-co de ser y no ser en la música, es un Swing sin swing en un Free que invoca y un free-feeling que abarca un gran siglo
veinte en el momento más íntimo de u-na-Bo-go-tá que no quiere decir más que lo
que le inspira su ron.
Louis Armstrong: Hello Dolly https://www.youtube.com/watch?v=kmfeKUNDDYs
Pacho Dávila: Los Criollos
Jazz Quartet - Montuno y deudas de Tugurio https://www.youtube.com/watch?v=GLOtMuws814
Entrada por salida. Así va el amor, la
conversación, la bebida, las drogas, el desamor y todo, menos la música. Esa
entra y se queda en cada noche, congelada en un gran silencio de cada escenario
de Bogotá. No se acaba, ni se calla. No puede ausentarse, ni un minuto... Suena
en todo lo que suena hasta en el silencio de la muerte. El jazz existe en los motores de todo, de una
podadora, en un ascensor, en la licuadora que puede evocarte un enérgico Be-Bop
o el frenesí de la hora pico que se llena con la inspiración en los pasos de
algún baterista, saxofonista o contrabajista que llega con su instrumento a cualquier
lugar a dejarse poseer por los fantasmas de Charlie Parker, Charles Mingus o
Max Roach, ¡Para encontrar algún Gillespie en la trompeta que los acompañe!
Charlie Parker: Be-Bop https://www.youtube.com/watch?v=YZYaSkhRhoE
Alejandro Fernández: San
Diego al Atardecer https://www.youtube.com/watch?v=AGwDIwpRL8Q
Estas hormigas del Shuffle, están buscando un “trabajo”, dirían las instancias
estadísticas del DANE, sin medir que se pierden en la noche tratando de
encontrar el solo perfecto de jazz, que ojalá se extienda en el beso de una
hermosa dama o de un sensual caballero sin afeitar, que conmueva por un
instante las fibras del sentido de la vida en resonancia con las cuerdas del
piano o el contrabajo, que justifique al pianista a tocar Waltz for Debby una
vez más, o algo parecido al piano del Hard Bop. ¡No importa si es Evans, Jarret
o Ellington! Simplemente tiene que existir un motivo, más que el de la melodía,
un motivo que duela, que conmueva y se sienta como un piano de jazz.
Bill Evans: My foolish hearth https://www.youtube.com/watch?v=a2LFVWBmoiw
Nowhere Quinteto: Tan solo me
queda la noche https://www.youtube.com/watch?v=MzhSs9sIh1c
Qué temor hablar de los guitarristas. Los
guitarristas siempre tenemos miedo. ¡Somos los miedosos del grupo! Los más
aterrados con la vida, con la gente, con todo. Bogotá está llena, el mundo
también. Tal vez somos más los tímidos. Wes Montgomery. Solo he visto su
fantasma en una persona en Bogotá, tomó el mismo rumbo de ser fantasma. Mmmmm.
Los buenos guitarristas de jazz, suelen ser sabios y fantasmas. Conocen los
excesos. Normalmente sobreviven a ellos y son los grandes maestros de
composición y de descomposición. En Bogotá son maravillosos. ¡Ja! Entran en mi
como una acción clasificatoria, como si fueran animalitos enjaulados, objetos
de investigación. Me excuso con los guitarristas, tal vez sucede porque es a
quienes conozco mejor. Realmente no quiero parecer como si estuviese
escribiendo el álbum de chocolatinas jet de los músicos de Jazz. Mmmm. Puedo
retomar el tema o darle voz al trompetista.
Federico Moreno Jazz Quartet:
Speak Low https://www.youtube.com/watch?v=sL938JumjMk
Hombre de Barro: Binsi https://www.youtube.com/watch?v=R-LkywKy5qc
Miles. No se qué pensar de Miles. El fantasma
no es Miles Davis. Hay muchos Miles en el mundo. Todos los que aman a Miles Davis
son los fantasmas, son eternos migrantes, van y vienen por el mundo o por la
música del mundo. Sus ojos siempre lloran, su música también. No podría hablar de ellos por su nombre, por
lo menos en público no. Pero se sabe desde la puerta, quien es uno de esos amantes
de Miles Davis.
Miles Davis: A day in Paris https://www.youtube.com/watch?v=0zLQw0UfnT8
Una y otra vez, la proyección de Vanguardia o
la que Salvaguarda. Entre los experimentos, los laboratorios y los ancestros
están ellos, haciendo música loca como locos, con la gran seriedad de la
academia, la ruptura de la misma. El olvido, la memoria. Recordar a los
ancestros para olvidarse de las drogas. Olvidarse de las drogas para recordar a
los ancestros y hacer música. New-York-Bo-go-tá-en-el-si-glo-XXI. San-Ja-cin-to-en-el-si-glo-XXI- Gu-a-pi-en-el-si-glo-XXI.
Pu-er-to-Na-ri-ño-en-el-si-glo-XXI. Es
la globalización de Bogotá hacia el exterior, hacia el exterior de las pupilas
y de los oídos que sienten una historia que vibra bajo sus pies y que hay que
sentirla en la post de algo. Entre el Free Jazz y la fusión se tejen Nuevas músicas
colombianas y el círculo se amplía de la 45 para allá y se cierra de la 45 para
acá o viceversa o no se cierra nada cuando todos se encuentran en Jazz al
Parque.
John Zorn: Between two worlds https://www.youtube.com/watch?v=qnO_-3YY3G0
Ricardo Gallo: La
Distritofobia https://www.youtube.com/watch?v=FeOjYZ4b37Q
Hemos sido pequeños. Seguimos siendo niños
desorbitados entre los acordes de novena y treceava con séptima disminuida o
aumentada, entre sensibles y cromatismos, escobillas y platillos turcos, bombos
de 18 pulgadas, trompetas, saxos, clarinetes, contrabajos, guitarras y voces se
siente el tren de la vida (y de la muerte).
Intentando desafiar el sistema que ya no se reconoce con un poco de
jazz, o mucho jazz. Que no duela tanto el hambre, que no duela tanto la
soledad, que no duela tanto el maltrato, el abandono, el conflicto y el
post-conflicto. (En voz baja) El que viene desde atrás. El que nos tocó a
ca-da-u-no-de-no-so-tros. El que nunca ha tenido estrato, el que no es una
moda.
Este Jazz de Bogotá, el de los hijos de
Coltrane, el que ha tenido que sentir las crisis de la economía, aunque algunos
lo nieguen en las esquinas; este jazz no existe sin el dolor de la vida, si no
se conoce el sacrificio no se puede tocar jazz, no se puede sentir así lo hayas
escuchado toda tu vida. No se puede escribir sobre jazz si no se sabe
improvisar. ¡Ups! Cruel reflexión para mi misma, satisfactoria y sanadora. Muy
jazzística. Muy urbana. Muy bogotana.
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